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Tips para desintoxicarte y apoyar a tu hígado

¿Por qué tendríamos que ayudar a nuestro cuerpo a desintoxicarse, si es una función que ya lleva a cabo todos los días?

Es cierto que nuestro organismo tiene órganos y sistemas expertos en desintoxicación. El más conocido es el hígado, pero también los riñones, los pulmones, el sistema linfático, el colon y la piel ayudan a filtrar y eliminar toxinas — por ejemplo, a través de la respiración, el sudor y la orina. Llevan miles de años evolucionando para hacer este trabajo y lo hacen muy bien.

El hígado es el órgano esencial de desintoxicación, es el filtro de nuestro cuerpo. Algunas de sus más de 500 funciones son: filtrar la sangre, transformar las toxinas en productos de desecho, producir proteínas, desechar sustancias que ya no necesitamos y limpiarse a sí mismo.

Sin embargo, en nuestra época hay una cantidad significativamente mayor de toxinas en el entorno: en los materiales y productos que usamos, en el agua que bebemos, en el aire que respiramos, en nuestros alimentos, etc. Una manzana hoy puede tener decenas de toxinas aunque parezca natural. Hay más de 70 mil sustancias químicas aprobadas para su uso cotidiano. 

Llega un momento en que nuestro sistema de desintoxicación puede verse sobrepasado por esta cantidad de toxinas. Cuando se acumulan, nuestros órganos no pueden trabajar de forma eficiente y los síntomas empiezan a aparecer.


¿Cuáles son algunos síntomas de que necesitas una desintoxicación?

  • Sentirte cansado o sin energía constantemente
  • Tener estreñimiento frecuente
  • Tener alergias estacionales
  • Tener antojos de azúcar frecuentes
  • Sentir el estómago hinchado constantemente
  • Tener irritaciones en la piel (brotes, acné, rosácea)
  • Aumentar de peso o tener dificultad para bajar de peso
  • Sentir comezón o picazón en la piel
  • Tener dolor de articulaciones
  • Sentir estrés o ansiedad con frecuencia
  • Tener cambios de ánimo constantes
  • Tener mal aliento, olor corporal fuerte o sudor con olor fuerte
  • Experimentar gases e hinchazón con frecuencia
  • Tener sensibilidad a ciertos químicos o aromas

¿Qué puedes hacer para apoyar a tu hígado en sus funciones de desintoxicación?

  1. Cepillado en seco
    Es una práctica ayurvédica que es sencillo incorporar. Usa un cepillo de cerdas naturales para cepillar suavemente todo tu cuerpo en dirección al corazón, de preferencia por las mañanas antes de bañarte. También puedes estimular con el tacto los ganglios linfáticos, te será útil un tutorial en video para ver el procedimiento paso a paso. Al terminar es ideal aplicar aceite de coco u otro aceite para humectar la piel. Esta práctica ayuda a estimular la circulación y el sistema linfático, que trabajan en paralelo para eliminar desechos. Además, apoya el sistema inmune y mejora la apariencia de la piel.
  2. Sauna
    Al producir sudor, un baño de sauna ayuda a tu cuerpo a eliminar desechos a través de la piel. El calor también estimula los procesos metabólicos que impiden el crecimiento de las bacterias, como sucede cuando tenemos fiebre. Puede ser un sauna tradicional o de luz infrarroja.
  3. Semillas de silimarina
    Son semillas de la planta de silimarina, conocidas porque ayudan a regenerar las células del hígado, además de que son antioxidantes y antiinflamatorias. También protegen al hígado de los daños que pueden causar el alcohol y algunos fármacos, y ayudan a incrementar los niveles del antioxidante glutatión. En beboon puedes conseguir estas semillas orgánicas, con el nombre de Liver Lover Seeds. Toma 2 cucharaditas al día, sólo necesitas molerlas en un molino pequeño o procesador (como los molinos de café) justo antes de comerlas para que no se oxiden. Puedes espolvorearlas sobre tus ensaladas o sopas.
  4. Ayuno intermitente
    El ayuno activa un proceso que se llama autofagia, el equivalente de una “desintoxicación” celular: es un proceso en el que las células dañadas se eliminan y se sustituyen por células saludables. Durante las horas de ayuno, todo nuestro organismo tiene un descanso para repararse y limpiarse en lugar de atender las demandas urgentes de la digestión. Además, ayunar ayuda al hígado a aumentar su producción de enzimas desintoxicantes y proteínas.

Ayunar no significa pasar días enteros sin comer, sino reducir un poco la ventana de tiempo en la que tu cuerpo recibe alimentos. El primer paso es dejar pasar al menos 12 horas entre el último alimento del día (la cena) y el desayuno del día siguiente. Poco a poco se puede extender este horario hasta alcanzar 14 o 16 horas de ayuno cada día, siempre y cuando cenes al menos dos horas antes de ir a dormir.

  1. Cúrcuma
    Es un gran apoyo para el hígado porque lo protege de lesiones al reducir la oxidación y aumentar la producción de bilis y del antioxidante glutatión. Además, es un poderoso antiinflamatorio natural. En beboon puedes conseguir cúrcuma orgánica concentrada con el nombre Inflam Support.
  2. Qué sí comer
    Hay nutrientes clave que nuestro hígado necesita para llevar a cabo sus funciones. Estos alimentos ayudan a que los tenga disponibles siempre. Procura que sean orgánicos todas las veces que te sea posible: 
    1. Hojas verdes amargas – activan enzimas benéficas que nutren el hígado, estimulan la producción de bilis y favorecen la digestión. Ejemplos: arúgula, hojas de diente de león, achicoria, hojas de betabel, acelgas, berros, kale, col rizada, etc.
    2. Proteína – aportan aminoácidos que apoyan el proceso de desintoxicación, pues algunas toxinas se adhieren a fuentes de proteína para ser expulsadas del cuerpo. Ejemplos: glicina (res, pollo, semillas de calabaza, semillas de girasol, lentejas), glutamina (res, pollo, espinaca, perejil), arginina (huevo, nueces, pavo), taurina (carne y pescado).
    3. Verduras – aportan fitonutrientes y fibra esenciales para la desintoxicación. Ejemplos: brócoli, coliflor, betabel, hojas verdes, coles de bruselas, bok choy, col, alcachofa, rábano, espárragos y todas las verduras. 
    4. Frutas antiinflamatorias – aportan electrolitos y antioxidantes que ayudan a preparar las toxinas para su eliminación. Ejemplos: fresas, zarzamoras, frambuesas, blueberries, manzanas, cerezas, tangerinas.
    5. Hierbas y especias – son ricas en antioxidantes y ayudan a aumentar las enzimas del hígado y del sistema digestivo. Ejemplos: cúrcuma, perejil, cilantro, orégano, ajo, cebolla. 
    6. Alimentos probióticos – aportan bacterias saludables que ayudan a que tu microbiota funcione mejor. Ejemplos: sauerkraut, kimchi, kéfir casero, yogurt casero, vinagre de sidra de manzana orgánico, etc. 
    7. Hidratación – además de beber suficiente agua, puedes incluir infusiones con hinojo, cúrcuma, jengibre, limón, silimarina, té verde, alfalfa. 

¡Hay más!

En la versión extendida de este blog te contamos:

  • Cuáles son los alimentos que NO te conviene comer porque le dan una carga muy pesada a tu hígado
  • Dos formas de estimular el drenaje linfático
  • Estrategias para reducir tu exposición a toxinas todos los días
  • Cuál es el momento clave del día en el que puedes apoyar la desintoxicación
  • Cómo mantener tus vías de desintoxicación abiertas

Encuéntralo en nuestra comunidad beboon, junto con mucho más contenido práctico y útil. Conócela aquí.